Cada vez más el cerco se cierra. Las nuevas trampas son meras tretas
para engatusarnos, no solo a consumir productos caros que no
necesitamos, sino además invadiendo nuestra privacidad. Con la tan
manida llegada de la IA y su implementación en nuestra vida diaria:
desde teléfonos móviles hasta termostatos eléctricos, se da por sentado
que si no entramos en la carrera de utilizar la cada vez más
proliferante apps para este uso; nos veriamos en la tesitura de
quedarnos atrás.
¿Y quíen ha decidido dar el pistoletazo para encontrarnos en esta
carrera loca por innovación y supuesta mejora tanto de nuestro
aprendizaje como maneras o formas de trabajo?
Servicios de mensajería, buscadores, páginas web comerciales, etc. Todos
intentan vendernos la idea de usar dichos servcicios "inteligentes"
¿Pero que hay detras de toda esta maraña de confusión?
Solo Europa, en un afán por ni siquiera competir sino más bien regular;
se ha dado a la tarea de intentar maniatar al monstruo que se nos viene.
Sin embargo, como lo asegura Jon Hernández (Divulgador de Inteligencia
Artificial español) nos encontramos simplemente en el salvaje oeste en
cuanto a control y mejoras de esta herramienta.
Notesé que he dicho herramienta, y muchos sin conocciemientos del tema
asegurarán que es más que eso. El uso y abuso de estas aplicaciones será
un verdadero quebradero de cabeza. Las consultas ya no se realizan en un
buscador tradicional, más bien en un chat "inteligente" ¿Qué haremos si
sufrimos más brechas de seguridad y privacidad de dichos chats? como las
sufridas el 30 de Julio de este año donde se reportaron casos de
filtraciones de chats privados en buscadores tradicionales.
En definitiva, el camino que se avecina es no solo una carrera, sino
también una guerra por controlar ya no solo nuestra atención, seguridad
y privacidad sino además inferir en nuestros pensamientos y decisiones
de acuerdo al uso e interacción que hagamos de dichas herramientas en
pro o en contra de nuestros propios interéses.